29 septiembre 2008

El Raval

El otoño se ha hecho notar en la pequeña ciudad condal. Barcelona parece que hoy el sol ha decidido asomar un poco la nariz, después de permanecer en el exilio durante unos dias.

Aprovechando este buen tiempo, la gente sale a pasear por los pequeños y estrechos callejones del barrio del Raval, echándo un vistazo a las pequeñas tiendas, sentándose en el interior de un bar mientras leen la prensa o miran de reojo el reducido tránsito de la calle muy diferente a las grandes aglomeraciones que se forman a escasos metros de distancia.

Los edificios son antiguos y de pocas viviendas. Escasas veces puedes encontrarte algún balcón en la fachada, pero sí muchas ventanas.
Aunque las calles sean estrechas, el sol consigue abrirse paso entre las casas y iluminar los callejones, dotándolos de vida y haciéndo del barrio un lugar de paso de muchas personas.

Además de personas, por la calle también transita el aire y va cargado de numerosos olores. El olor del café recién hecho, de las tostadas quemadas de algún vecino despistado y con prisa, el olor a croisant de las panaderias y el perfume del chico que se acaba de cruzar conmigo. No se, me resulta familiar…

Trabajo de la universidad. Sí, yo también lo encuentro innecesario...

1 comentario:

- laura. dijo...

A mi si que me resulta familiar este texto...
jajajajaja

petiteta mevaa com ta trobu a faltar!
tastimuuu